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Salón de la Fama de Béisbol Mexicano

Escrito: Fernanda Ortega

Lugar donde se homenajea y honra a los mejores beisbolistas del circuito mexicano.

El también fundador de la Liga Mexicana de Béisbol y del diario deportivo La Afición tuvo la genial idea de crear el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano en 1939, pero fue hasta mayo del año 1971 que se decidió otorgar la sede permanente de este recinto en la gran urbe regiomontana.

Los motivos principales para la existencia del Salón de la Fama en la ciudad de Monterrey fueron honrar a las figuras beisboleras de antaño, crear un aliciente para los beisbolistas del momento y dotar a la Sultana del Norte de un espacio turístico, aprovechando su ubicación en el mapa beisbolero del país.


En 1973 el 10 de marzo se llevó acabo la gran inauguración del salón de la Fama en los jardines de la empresa cervecera regiomontana, reuniendo a impactantes personalidades del rey de los deportes, como Bowie Khun, Alto Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas; Antonio Ramírez Muro, presidente de la Liga Mexicana de Béisbol; Horacio López Díaz, presidente de la Liga Mexicana del Pacífico. Donde también asistieron directivos, representantes de los medios de comunicación del país y una gran cantidad de inmortales junto a sus respectivas familias.


Así se ponían en marcha las labores de la importante institución que serviría para honrar la memoria de los personajes más destacados del béisbol profesional mexicano, además de preservar la historia de nuestra pelota.


El Salón de la Fama era una auténtica realidad, ya que ganaría fama y prestigio a partir de ese momento bajo la dirección de Rafael Domínguez García, nombrado meses antes director por parte de la empresa cervecera que lo estaría patrocinando a lo largo de cuatro décadas.


Desde entonces y hasta la fecha han sido enaltecidos al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano 196 elementos, entre ellos 136 beisbolistas, 7 managers, 11 ampayers, 20 cronistas y 22 directivos.

De los 196 inmortales, 39 fueron electos por la vía póstuma, 95 ingresaron en su primera oportunidad, 147 por votación, 22 lo hicieron por medio de votación especial y 31 por designación directa.


El Salón de la Fama ha cumplido exitosamente a lo largo de cuatro décadas, no sólo enalteciendo a las grandes figuras del béisbol, sino que durante todo ese tiempo ha mostrado a los aficionados infinidad de testimonios y pertenencias históricas conseguidas a base de entrega y pundonor por los grandes ídolos del diamante.


En pocas palabras, el recinto sagrado ha tenido presencia en suelo mexicano y más allá de sus fronteras, captando la atención de infinidad de páginas deportivas que le han brindado loas y reconocimiento.


Hasta la fecha el salón de los inmortales sigue adelante, pero ahora el Salón de la Fama del Béisbol mexicano es patrocinado por el señor Alfredo Harp Helú, quien tomo la estafeta que dejara la empresa Cuauhtémoc Moctezuma, claro, respetando la decisión original de los directivos del Béisbol mexicano al designar la ciudad de Monterey como sede permanente del sagrado recinto y manteniendo la Misión del mismo “Reconocer y honrar a los mejores del béisbol mexicano a través de la recopilación, preservación y exhibición de la historia del Béisbol y sus más destacados exponentes”.

 
 
 

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